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La verdadera batalla de los candidatos electos.



Por Nelson Gómez.

Las dos principales organizaciones políticas de la República Dominicana, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Partido de la Liberación Domincana (PRD) terminaron el año 2009 con una parte de la boleta congresional y municipal definida y la otra parte ambos la completarán vigilando las figuras que lleva cada cual para el combate final por el control del Congreso y los ayuntamientos el próximo 16 de mayo.

En esas primarias hubo muchas sorpresas, decepciones y a unos les fué muy útil para comprender las nuevas reglas de sus partidos para lograr estar en la nómina de candidatos. Algunos no duermen aún hasta que no termine el proceso de inscripción ante la Junta Central Electoral (JCE) porque lo que se está jugando en cada organización es más que la conquista de diputaciones, senadurías, regidurías o sindicaturas: es el posicionamiento para marcar la otra carrera hacia el 2012, la lucha por el control del gobierno central.

Los organismos y liderazgos de mando en cada partido podrían hacer cambios o negociaciones de acuerdo a las investigaciones que se hagan en los primeros meses del año.

Algunos de los precandidatos lograron conseguir primeros lugares a pesar de las denuncias de usos de recursos, fraudes y cuantos argumentos se originan en estos procesos cuando las cosas no sales como muchos esperan. Otros, que intentaron repetir como congresistas o municipalistas, les fué duro aceptar la cruda realidad de que perdieran.

Cambio de Estrategia

Muchos de los electos cómodamente pueden ser soprprendidos como los derrotados en las primarias si no toman en cuenta el cambio de escenario para esta nueva contienda electoral.

Por ejemplo, en las primarias del PLD en la Circunscripción No.2 de la capital se contaron 17,644 votos válidos; eso significa un 26% de una matrícula de 67,687 inscritos en su pardón. Si deducimos que esta nómina representa el 40% de los 169,183 incritos en JCE para el año 2006, tenemos que el porcentaje emitido del partido morado queda en un 10.43% de todo el universo abierto de votantes.

El diputado más votado obtuvo 6,756 votos, para un 38% de una elección en la que se marcaban hasta tres candidatos; y ese porciento se convierte en un 4% de ese padrón de la JCE. Entonces, ¿tiene este candidato los votos para ganar?. Claro que no. Ahora tiene que empezar de cero con una estrategia más compleja y difícil.

Y lo que le espera ya no es una lucha de miembros de un mismo partido; ahora le toca convencer a un pueblo que la mayoría de sus individuos está inscritos en más de un partido, con niveles de lealtad partidaria cada vez más frágil. En América Latina se ha comprobado en las últimas décadas que los votantes son más volátiles, y la República Dominicana no da señales de que sea la excepción.

Los electos salieron del pleito de la casa y ahora se preparan para salir a la calle, y deben calcular bien que no van a enfrentarse a sus hermanos sino a otros con talento, sagacidad y recursos para derrotarlos.

El posicionamiento del partido que le respalda es importante, pero también es muy importante las condiciones del candidato

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