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Lugares de interés que podría visitar el presidente Obama en La Habana

Servicio de TTC.- En sus tres días en La Habana, el presidente Barack Obama podría visitar sitios relacionados con la turbulenta historia que comparten Estados Unidos y Cuba.
Una buena parte de esos lugares también están relacionados con el turismo.
Entre 1915 y 1930, Cuba atrajo más turistas que cualquier otro país en el Caribe. El turismo de Estados Unidos se convirtió entonces en la tercera fuente de divisas de la isla, detrás de dos productos dominantes como el azúcar y el tabaco. Según las estadísticas 8 de cada 10 de los visitantes que recibía Cuba en esa época eran estadounidenses.

Ernest Hemingway era uno de ellos, hasta que decidió residir en la isla. Hemingway,  uno de los más grandes escritores de la historia, construyó de esta manera y probablemente sin proponérselo, un vínculo cultural indestructible en las relaciones históricas entre Cuba y los Estados Unidos.
La vida en Cuba del artista, los lugares que amaba en la isla y en el Mar Caribe, e incluso su comportamiento personal también enriquecieron, y aún enriquecen el turismo entre los dos países.
En 1940 Hemingway, con su nueva esposa Martha, compró una casona en las afueras de La Habana. Viviría allí durante los próximos veinte años. Los Hemingway nombraron el sitio como Finca Vigía. Ellos compartían su casa con docenas de gatos, trofeos de caza y de exitosas expediciones de pesca. La granja es ahora un museo visitado por miles de turistas al año.
Hemingway en Cuba disfrutó el mar ampliamente, a bordo de su barco, Pilar, y de la vida azarosa de la isla. Además escribió mucho en su hogar cubano. No obstante, en la época se publicó poco de su trabajo. Muchos de los proyectos que Hemingway desarrolló  a lo largo de los años 1940 fueron editados y publicados solo después de su muerte.
Hemingway trabajó durante algún tiempo en Cuba en lo que se convertiría en su obra más famosa, El viejo y el mar. Fue publicada originalmente en 1952 en su totalidad en una sola edición de la revista Life. Las ventas superaron todas las expectativas. Además de amplio reconocimiento y el éxito financiero, El viejo y el mar de Hemingway también obtuvo un premio Pulitzer en 1953, así como el Premio Nobel de Literatura en 1954.
Hemingway en La Habana prefirió pasar su tiempo libre en el bar Floridita. El Floridita es un histórico restaurante especializado en productos del mar y un bar de cócteles tropicales. El establecimiento es famoso por sus daiquiris, una mezcla de limón, ron y hielo con una hierba aromática,  y fue uno de los lugares de reunión favoritos de Ernest en La Habana.
Hemingway no era el único cliente famoso de la barra.
El Floridita era frecuentado entonces por muchas generaciones de intelectuales y artistas cubanos y extranjeros, entre otros Ezra Pound, John Dos Passos y Graham Greene, el novelista británico que escribió Nuestro hombre en La Habana.
A pesar del grave conflicto que separó a los dos países, La Habana está llena de recuerdos de Estados Unidos, para bien o para mal. Algunos probablemente sean interesantes para Obama. Están aún los edificios que construyeron firmas como Woolworth, grandes bancos y compañías, que tenían sucursales en La Habana. y que son parte de la historia bilateral, incluso si de alguna manera fueron responsables del largo conflicto entre los dos países.
El Monumento a las víctimas del Maine es un sitio que recuerda un momento triste en las relaciones bilaterales. Fue construido en 1925  en el boulevard Malecón al final de la calle Línea, en el Vedado de La Habana.  Se construyó  en honor de los marinos norteamericanos que murieron en la explosión del USS Maine en 1898, hecho histórico que inició la Guerra  Hispano-Cubano-Americana.
El monumento estuvo coronado con un águila americana. Sus alas estaban extendidas verticalmente. El águila original, dañada por un huracán,  fue sustituida en 1926 por una con las alas horizontales.
Originalmente había tres bustos de personalidades  estadounidenses, el del presidente William McKinley, quien declaró la guerra a España, de  Leonard Wood, primer gobernador militar en Cuba, y del presidente Theodore Roosevelt.
El 18 de enero de 1961, el águila y los bustos de los estadounidenses se retiraron porque se consideraba un “símbolo del imperialismo”.
Obama, también podrá ver con sus propios ojos en La Habana los cientos de viejos coches fabricados en Detroit, que siguen rodando por las calles tras “sobrevivir” al embargo económico de Washington, y a miles de reparaciones.

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