Malos Ejemplos sociales
Por: Enmanuel MartÃnez Almonte
No basta con desear y
soñar con sociedades prosperas cuando se olvida que lo esencial es inspirar al
crecimiento interior del ser. Enmanuel MartÃnez
Se debe revisar hacia donde en estos últimos años ha esta do dirigiéndose libre o intencionalmente
nuestra sociedad dominicana. Resulta
penoso e incluso dramático ver como una buena parte de nuestra juventud se encuentra a la merced del mal. Si el mal
al que me refiero especÃficamente es a esa música y sus intérpretes, la mal
llamada música de los jóvenes, el conocido genero urbano.
Es lamentable que no exista un control desde la llamada
comisión de espectáculos públicos y radiofonÃa para poder revisar el contenido
de músicas y audiovisuales con potencial que causar daño a adolecentes, jóvenes
y adultos en cuanto que promueven al consumo de sustancias prohibidas, el
dinero fácil, la prostitución, la vanidad, la violencia, el irrespeto y la
falta total de moral.
Me causo gran impacto ver como a un reconocido cantante del
llamado genero urbano muy famoso por sus capacidades improvisadoras le hayan otorgado
un premio de juventud, si lector eso mismo, en este paÃs se está premiando el
esfuerzo de superación de jóvenes aunque ese esfuerzo esté relacionado con el
daño y el desmerito. Es posible que otros jóvenes vean en el mal ejemplo un
camino; que para el asombro recibe ya hasta premios y reconocimientos.
Nadie se opone a la libertad democrática que tiene para
existir los urbanos a lo que estoy opuesto es al daño que ha causado, causa y
causara a futuro ese exceso de malos ejemplos sociales. Hablar de malos ejemplos
sociales abarca mucho y como no mencionar las malas prácticas polÃticas de
corrupción e impunidad que han estado mandando señales negativas por igual a
una sociedad de pocos jóvenes lectores, de pocos esfuerzos culturales y con una
desigualdad espantosa.
Vemos como la modernidad esta hoy más disponible para muchos
y muchas, sin embargo el internet es más usado como medio de entretenimiento
que de información, vemos como la solidaridad y la confianza asà como la
integridad voluntaria de las personas han disminuido dramáticamente.
Necesitamos reconocer que al tiempo que construimos y soñamos
también necesitamos contar con seres humanos de calidad. Llenos de buenos
principios, amantes del conocimiento, solidarios y humildes, voluntarios y
patriotas, justos y morales en fin necesitamos personas ejemplares para un
presente y futuro mejor.
Autor
Enmanuel MartÃnez Almonte