Turismo en el espacio: el problema será sobrevivir al viaje

Servicio de TTC.- Los expertos en el tema de los viajes turísticos espaciales acaban de pronosticar que 2016 puede ser el año en que se inicien con éxito. Eso es posible porque ya se están vendiendo los boletos, aunque los parámetros de seguridad hagan dudar si muchos de los viajeros sobrevivan a tal viaje.

XCOR Aerospace, en el Reino Unido, ya lanzó su oferta. Los pasajes cuestan 91.476 libras esterlinas por persona. Según ese sitio promocional más de la mitad de los adultos del Reino Unido (52%) dicen que les gustaría probar los viajes espaciales siempre y cuando estos sean seguros y asequibles. La investigación sugirió que más de un tercio de los británicos (37%) piensa que hay una posibilidad de que los viajes de recreo en el espacio se conviertan en comunes en el lapso de sus vidas.

Las expediciones anunciadas partirán desde el desierto de Mojave, California, y Curazao, en el Caribe Holandés, y se prometen aproximadamente cinco minutos fuera de la atmósfera terrestre. Los promotores anuncian una visión extraordinaria durante el vuelo del Planeta Tierra y nombrar “astronauta” a sus clientes. La duración total de vuelo será de unos 60 minutos.

Un buen número de compañías de viajes al espacio surgieron por el mundo en los últimos años. Tal vez los más reconocidos son la Virgin Galactic y la XCOR Aerospace, que tienen el objetivo, o más bien la esperanza, de crear una industria de turismo espacial suborbital. Hasta ahora, no obstante, el turismo espacial ha sido considerado como limitado, caro y peligroso.

Pero el entusiasmo es alto como el techo de vuelo de las naves: la Virgin Galactic iba rápido en su fin de subir y subir, pero una explosión fatal en 2007 durante una prueba en el suelo y un vuelo trágico en octubre de 2014 retrasó el trabajo.

Pese a todo la Virgin planea actualmente operar sus vuelos fuera del complejo Spaceport America, en Nuevo México, y desarrollar todo un puerto espacial en Abu Dhabi.

Una pregunta que las promociones escamotean siempre es si las empresas de turismo espacial podrán mantener a sus clientes seguros y sanos.

Una especialista en el tema, la autora Katherine Harmon en un artículo reciente en la publicación Scientific American Travel aseguró que precisamente “mantener a las personas saludables en el espacio ha sido un reto importante desde los primeros días de la era espacial”, iniciada en los años finales de la década del 50.

Desde entonces han sido un problema para los viajeros los huesos y los músculos debilitados, los problemas de visión, las náuseas y el insomnio.

Los científicos aseguran además que no todos podremos viajar al espacio. “Además de todos estos riesgos, los turistas no entrenados casi seguro que se enfrentarán a una gama más amplia de problemas de salud no estudiados antes”, dijo en el artículo Jeffrey Jones, miembro del Centro de Medicina Espacial en el Baylor College, Estados Unidos.

“Incluso una breve estancia en el espacio podría traer problemas de salud graves para las personas mayores y las personas con presión arterial alta, debido a la enorme compresión del cuerpo durante el despegue y la reentrada. Las travesías más largas probablemente agravarán muchos trastornos, incluyendo el asma, las enfermedades del corazón y la aparición del cáncer”, subrayó.

Harmon advirtió en su comentario que actualmente no existen regulaciones federales o estatales que determinen quién es elegible para el vuelo espacial comercial. Esto causa que las empresas sean libres de establecer sus propias normas de prohibición de vuelos, las cuales, peligrosamente, podrían favorecer a la “masividad”.

Y circulan más advertencias. “Los campos magnéticos gigantes que rodean la Tierra desvían la energía electromagnética que emana de las estrellas y los agujeros negros que de otro modo nos incinerarían. Una vez que los viajeros salgan de la magnetosfera de la Tierra estarán expuestos sin control a toda esa energía, que tritura el ADN y puede causar mutaciones que hacen que una célula sana se multiplique sin control” añadió la autora