EDITORIALES PERIODICOS NACIONALES.
Cantamos por Haití
Con este lema, Colombia volcó ayer su solidaridad con Haití, respondiendo a una convocatoria que hizo la República Dominicana a través de su embajada en Bogotá y en combinación con la alcaldía de la capital colombiana.
En la histórica plaza Bolívar, alrededor de la cual están instalados los edificios más importantes del país, miles de ciudadanos se aglomeraron desde la mañana hasta la noche para escuchar a artistas colombianos y dominicanos que actuaron de gratis.
Los gobernadores de todos los departamentos de Colombia, algunos de los cuales son más grandes que República Dominicana territorialmente hablando, acogieron una propuesta del embajador dominicano Ángel Lockward para construir, con los fondos recaudados, el barrio Colombia en algún lugar de Puerto Príncipe.
Los departamentos habían recaudado, por cuenta propia, muchos recursos para ayudar a Haití, pero tras escuchar a Lockward en una reunión conjunta, decidieron crear un comité organizador que manejará las ayudas y decidirá su mejor destino.
La importancia del evento de ayer, en Bogotá, es que fue propiciado por la República Dominicana, fuera de su territorio, como otra muestra más, inequívoca y eficaz, de su deseo de ayudar a los vecinos haitianos a salir de su crítico y doloroso trance tras el letal terremoto del 12 de enero.
Editorial
Peligro a la vista
La Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica (Sodosísmica) ha solicitado a las autoridades aplicar un programa de reparación de edificaciones públicas vulnerables a terremotos, incluida la mayoría de las que albergan escuelas y hospitales.
Se trata de un pedido oportuno y previsor ante la posibilidad de que en territorio nacional se produzca un sismo similar al que devastó a Puerto Príncipe el 12 de enero.
No debería olvidarse que ese terremoto se produjo en territorio de la Isla Hispaniola, que se comparte con Haití, que según la Sociedad de Sismología está afectado por ocho grandes fallas regionales.
Desde el siglo XVI, en República Dominicana se han producido ocho grandes terremotos, algunos de los cuales han devastado ciudades, por lo que es menester poner atención a la advertencia de que esos fenómenos ocurren de manera cíclica, en períodos de entre diez a 50 años.
Leonardo Reyes Madera, presidente de la entidad, y los miembros Rafael Corominas Pepín, Juan Alberto Chalas, Romero Llinás y Héctor O’Reilly, expusieron sobre tan angustiante tema al acudir como invitados especiales al almuerzo semanal del Grupo de Comunicación Corripio.
Escandaliza saber que la mayoría de los edificios que albergan escuelas y hospitales fueron construidos sin contar con previo estudio sísmico, porque ese requisito no se aplica a inmuebles menores de cuatro pisos.
A eso se debe, quizás, como expone la Sociedad de Sismología, que los centros educativos y de salud están en primera línea de vulnerabilidad en caso de producirse un terremoto. El ejemplo más elocuente lo ofreció el ministro de Educación, licenciado Melanio Paredes, al informar que unas 350 escuelas sufrieron algún tipo de daño a causa del sismo que asoló a Haití.
Se requiere, pues, aplicar con mayor rigor la normativa anti sísmica que rige para los diseños de las construcciones e iniciar de inmediato un plan de reparación de escuelas y hospitales.
Ed.-Creen en el país
Orange anunció que invertirá este año en sus operaciones en el país, US$900 millones, poco más de RD$32,000 millones. Días antes, Codetel había presentado también sus planes de inversión por montos millonarios.
Estas empresas y otras en los diversos ramos de la producción y el servicio, también están preparándose para el futuro y enviando un mensaje de confianza en los destinos del país.
El capital no se arriesga donde no ve futuro. El gesto de las empresas mencionadas y de otras que de seguro seguirán su ejemplo, nos muestra que una gran parte del empresariado nacional cree en las potencialidades de la economía dominicana y en su capacidad para levantarse. Es también una muestra de confianza en nuestra población, que cada día se prepara más para enfrentar los retos del mañana y es, finalmente, un espaldarazo a los esfuerzos que se hacen por hacer a esta nación más competitiva, con menos crímenes, y mejor calidad de vida.
Hay que creer en el país y en la bondad de nuestra gente. Haití ya lo sabe.
Editorial
A respetar lo que manda la ley
La Junta Central Electoral (JCE) le ha salido al paso, oportunamente, a la pretensión de los partidos políticos de modificar a su conveniencia la proporción de candidaturas femeninas que dispone la Ley Electoral. Ha hecho muy bien este organismo, pues esa proporción de un 30% de las candidaturas es una conquista femenina ante una arraigada cultura machista que ha dejado en manos del hombre la hegemonía en la toma de decisiones en los ámbitos público y privado.
A los partidos se les ocurrió que podían cumplir el mandato de la ley con el solo hecho de postular un 30% de mujeres a nivel global, en vez de hacerlo en cada uno de los niveles de elección. Esta pretensión obedece a la dificultad que han tenido los principales partidos para completar sus candidaturas en algunas jurisdicciones, lo que les llevó a pedir a la JCE que les permitiera violar los términos de la ley.
A fuerza de capacitación y esfuerzo la mujer ha logrado ir venciendo la exclusión de la toma de decisiones en que la había mantenido confinada el machismo. Que haya logrado que se le garantice por ley un 30% de las nominaciones en cada nivel de elección no es suficiente, pero, sin duda, es un logro importante, que desmonta muchos pretextos y prejuicios sociales que ya no encajan en estos tiempos.
Ojo con ciertos inmigrantes
Por muchas razones, especialmente nuestras debilidades institucionales, el país es atractivo como refugio de extranjeros prófugos de la Justicia en sus respectivos países. Abundan los casos de captura y repatriación de extranjeros acusados de crímenes que lograron burlar nuestros filtros migratorios y hasta han obtenido varias identidades por medios fraudulentos. Otros han sido sometidos por la Justicia local, por dirigir o pertenecer a grupos del crimen organizado.
Ahora, después del terremoto en Haití, estamos ante el riesgo de que se hayan refugiado en territorio dominicano numerosos presos haitianos que sobrevivieron al desplome de cárceles o que aprovecharon la sacudida para fugarse. Se sabe que entre los evadidos hay criminales altamente peligrosos que estaban cumpliendo condena por homicidios y otros hechos graves. Nuestros organismos de inteligencia deben abrir bien los ojos y actuar.
Editorial
De frente al mundo
12:08 AM - No siempre será fácil satisfacer a toda la población, pues muchos no estarán de acuerdo con las decisiones, las iniciativas y las soluciones que se dan a los problemas. Sobre todo, cuando esos que se muestran en desacuerdo sienten que se presta demasiada atención a las cuestiones internacionales y que nuestras dificultades esenciales siguen sin ser solucionadas.
Sin embargo, es difícil vivir de espalda al mundo. Y cuando se es un país pequeño con mucha mayor razón. En un mundo interconectado por todos lados como en el que vivimos es imposible sustraerse a los temas, obviando participar con agilidad y sensatez, contribuyendo con ideas para las soluciones.
Cada vez más los países están conminados a reconocerse en valores universales. Es claro que el valor de la libertad, por ejemplo, está hoy menos condicionado que en el pasado, en que ciertas formas de gobernar limitaban esos derechos a determinadas circunstancias. Incluso, esas limitaciones se asumirían como inevitables para obtener ciertas conquistas sociales. Es un absurdo del pasado que no debemos reivindicar en nombre de ninguna causa.
El presidente Leonel Fernández le ha dado a la República Dominicana una nueva imagen internacional, y como es lógico también desde el exterior se tiene una mejor valoración de la nación dominicana. Y eso, sin duda, es bueno desde todo punto de vista y para todos los fines.
Sin embargo, es importante que se logre que en el orden interno no se sienta que esa realidad se logra en desmedro de la atención a los temas nacionales esenciales. El Gobierno debe lograr una mayor eficacia en las soluciones a muchos problemas nacionales, con lo que logrará también una mejor comprensión de los esfuerzos internacionales.
Gran ejemplo
En un emotivo acto lleno de remembranzas sobre las acciones heroicas de los panfleteros de Santiago, el doctor Negro Veras hizo una instancia a la juventud dominicana que debería ser escuchada y atendida con suma atención.
Al cumplirse hoy el 50 aniversario de la tortura y asesinatos de un grupo de jóvenes que lucharon contra la dictadura trujillista, Veras aspira a que esa gesta y el horrendo hecho perpetrado por los esbirros sea asimilado por las nuevas generaciones para que nunca más en el país vuelva a imperar un régimen semejante.
El reputado jurista de Santiago exhortó a los jóvenes a leer su nuevo libro “Los panfleteros de Santiago: torturas y desaparición” para que comprendan la narración que hace Luis Gómez Pérez de la forma como torturaron a Wenceslao Guillén y el testimonio de Julio Escoto Santana acerca del suplicio al que fueron sometidos los luchadores antitrujillistas.
Fue, indudablemente, un ejemplo de valentía y de combate contra la tiranía y la opresión que tuvo como elemento singular y trascendente el desinterés de los combatientes, porque no buscaban beneficios personales, sino el supremo objetivo de la caída de una dictadura cruel y sanguinaria.
Luego de pronunciar palabras entrecortadas por la emoción que en un instante inicial lo hicieron casi enmudecer y llorar, Veras afirmó que los panfleteros abrazaron la política con sentido de firmeza, seriedad, responsabilidad, desprendimiento y honradez total.
Otra ponderación importante fue hecha por el historiador Roberto Cassá, director del Archivo Nacional, entidad que hizo la publicación, al indicar que el libro del doctor Veras enriquece la historiografía dominicana y constituye un aporte de valor extraordinario para las presentes y futuras generaciones.
En un momento en que la juventud dominicana está expuesta a tantos peligros y tentaciones por el auge del narcotráfico, de la delincuencia y de la corrupción, el ejemplo de los panfleteros puede ser un formidable valladar ante las influencias perniciosas.
EDITORIAL
Constitución y compromiso político actual
La proclamación de la nueva Constitución es una oportunidad para que comencemos a dejar atrás la cultura de burlar las leyes y la Constitución vigente
Tenemos nueva Constitución de la República y con ella debe comenzar a crearse una nueva cultura jurídica en nuestro país. Las quejas, rechazos y objeciones a la nueva Carta Magna deberán dirigirse al Tribunal Constitucional, establecido en la Constitución, que deberá comenzar el proceso para su instalación.
Como pocas veces en la historia democrática y constitucional dominicana, para la nueva Constitución se realizó un debate amplio y abierto, en el que todos los sectores tuvieron oportunidad para decir cuanto necesitaron. Unos puntos de vista fueron aceptados y otros no.
El proceso tuvo errores lamentables, como haber realizado una consulta popular, con gran consumo de recursos en tiempo, esfuerzo y dinero, y decir posteriormente que las recomendaciones que surgieron de ese proceso no eran vinculantes, ni era necesario tomarlas en cuenta. Otros errores están relacionados con el interés de los asambleístas en resolver conflictos presentes, como el de la migración, por la vía constitucional.
El país debe aprovechar la proclamación y vigencia de la nueva Constitución para que demos el salto hacia la institucionalidad: El respeto a la Ley, y en especial a la nueva Carta Magna es fundamental para que pasemos a formar parte del mundo democrático y civilizado.
Los dominicanos nos hemos acostumbrado a violentar las leyes, y en particular las disposiciones constitucionales, bajo el criterio -muy extendido- de que la Constitución es “un pedazo de papel” y nada más. La gran responsabilidad política del Poder Ejecutivo, del Poder Judicial y del Poder Legislativo, en la figura de cada una de las personas que ocupan las posiciones relevantes en esos poderes, es cambiar la percepción de que aquí es posible seguir actuando “como chivos sin ley”.
Si hay fundamento para un pacto político, para un gran acuerdo nacional o para un programa desarrollo, lo primero que debía incluirse en cualquiera de los documentos que de ellos surgieran sería el respeto a lo establecido en la nueva Constitución y, en general, el respeto a lo establecido por las leyes.
Los primeros en hacer respetar la Constitución son los funcionarios responsables de hacer cumplir la ley, comenzando por el Poder Ejecutivo, siguiendo con el Poder Judicial, y terminando con los ciudadanos de a pie. El cumplimiento de lo establecido es la base del desarrollo de la nueva República Dominicana.
Editorial
Una escuela de calidad
El calendario escolar vigente, mediante el cual se rigen tanto las escuelas públicas como los colegios, sufre al año una serie de interrupciones, por diversas razones, muchas veces por fenómenos naturales.
El tema de cómo revertir esta realidad está sobre el tapete. Muchos expertos en la materia plantean que no puede haber una educación de calidad sin un respeto a la carga docente definida en el calendario escolar.
El tiempo de docencia y planificación es vital. Tiene que ver mucho con el trabajo que hacen tanto los profesores como los alumnos en el aula, pero también con el tiempo de planificación de qué deben aprender durante el año. Se trata del tiempo que deben permanecer los estudiantes cada día en las aulas y la cantidad de conocimientos que deben obtener al finalizar el año escolar.
Se trata de dos variables que no se consiguen armonizar. Si hay menos horas de docencia, como ocurre, habrá menos tiempo para que los estudiantes dominen los contenidos de cada disciplina; y por tanto, estamos ante estudiantes que no alcanzan la calidad escolar deseada.
La variación del calendario escolar, para alcanzar un mejor aprovechamiento en la escuela, es un tema muy sensible, que involucra a muchos sectores, no sólo al Estado, y por tanto debe ser discutido con sensatez, con tiempo, con detenimiento. Pero, definitivamente, es algo que hay que hacer.
Editorial
Educación constitucional
Proclamada la nueva Constitución, independientemente de los cuestionamientos hechos a su texto, la población dominicana debe empoderarse de la misma, para que ese nuevo marco jurídico de la nación pueda ser observado y respetado por los ciudadanos, las instituciones y por todos los funcionarios de los poderes del Estado.
Este proceso es de toda necesidad si no se quiere que la Constitución corra el mismo destino de las anteriores que, como dijera un destacado político del pasado, constituía “un pedazo de papel”.
Para que esa condición ocurra, se hace imprescindible la puesta en marcha de una amplia campaña educativa que movilice e involucre a toda la población, a fin de que se asimile, comprenda y se acepte su contenido para legitimarla.
Para hacer más expedita y efectiva esta campaña educativa, los nuevos dispositivos normativos deben traducirse en una especie de guía educativa constitucional, narrada de forma sencilla y breve para facilitar el entendimiento del ciudadano llano del país, no habituado a la lectura comprensiva de textos complejos.
Esta guía puede formularse por capítulos en forma de cartillas para que el ciudadano y los funcionarios del Estado conozcan la tabla de sus derechos y deberes garantizados y exigidos por las directrices del Estado Democrático y Social de Derechos.
Una movilización pedagógica como la sugerida, puede también favorecer la emergencia de un renovado espíritu nacional y de una mística ilusionada, que, sobre la base del nuevo ideario jurídico-político constitucional, estimulen y canalicen los esfuerzos nacionales para forjar un desarrollo humano, ambientalmente sustentable y solidariamente equitativo en el país.
En esa tarea de movilización y educación ciudadana deben involucrarse las instituciones públicas, las organizaciones de la sociedad civil, toda la comunidad educativa, y el propio liderazgo político, el cual debe reencausarse con un nuevo estilo cónsono con los imperativos de la nueva Constitución y que imprima ilusión.
Todo esto se puede hacer si los ciudadanos y especialmente la clase política dominicana se hacen conscientes del significado del nuevo camino, y motoricen la nueva ilusión constitucional.
La cooperación de la CDEEE con Haití
La cooperación dada por el Gobierno y pueblo dominicanos a Haití en materia energética, le correspondió a la CDEEE, la cual asiste al vecino país para restablecer sus redes e instalar plantas de emergencia que alivien los daños originados por el desastre.
Se han levantado algunas voces regateando esta y otras formas de cooperación realizadas por el país, aduciendo el costo económico. Cuan equivocados están los que así piensan. El valor intangible del gesto dominicano no sólo podrá significar el reconocimiento del país, sino también grandes oportunidades para nuestra nación, incluyendo las económicas.
Digámosle a los incrédulos la máxima cristiana de ¡Dios proveerá!
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